Paco Torrent Guasp (1931-2005). Nadie es profeta en su tierra

¿Quién es Paco Torrent Guasp?

Si en lugar de en Gandía, Paco hubiera nacido en Estados Unidos, ahora mismo yo no tendría que estar haciéndome esta pregunta porque Paco tendría un Nobel, hubiesen puesto su nombre a alguna calle, a algún instituto de secundaria o a alguna prestigiosa facultad de medicina del país. Se harían grandes homenajes en los cumpleaños de su nacimiento o su muerte y su viuda obtendría (a título póstumo) premios, honores civiles y seguramente algún tipo de la ayuda económica, esa que Paco nunca tuvo en vida para llevar a cabo sus estudios.

Yo que soy madre no olvidaré nunca la ecografía en la que por primera vez oí el latido del corazón de mi hijo, tum, tum, la vida abriéndose camino. Algo enorme y aparentemente sencillo que científicos de todas las épocas han dedicado sus vidas a intentar entender: la estructura y la mecánica del corazón, es decir, cómo es, qué forma tiene y por qué y cómo succiona la sangre y la devuelve.

500 años de historia y de pruebas sin poder descifrarlo hasta que Paco Torrent lo descubrió en su casa de Dénia, después de 20 años de trabajo en solitario, sin ningún tipo de apoyo institucional,  hirviendo en la cocina de su casa con la ayuda de su mujer miles de corazones de todo tipo de animales para desentrañar este gran secreto:

el corazón no tiene dos partes, o cuatro, o está compuesto de muchas piezas como el motor de un coche, no, el corazón es una banda, un músculo, de una sola pieza, enrollado sobre sí mismo en forma de espiral que al contraerse y extenderse hace que la sangre entre y salga y se produzca la circulación. Para que nos entendamos, es como una bufanda o una bayeta enroscada, hecha un ovillo, que al moverse (se tuerce y se destuerce) bombea la sangre.

Paco Torrent, además de un cercano médico de familia en Dénia, fue un hombre auténtico, tan curioso como trabajador incansable, culto, imaginativo, inconformista, espontáneo, entusiasta, comprometido, excepcional. Un genio incomprendido adelantado a su tiempo, nuestro Leonardo Da Vinci particular. Y, como él, suplió con trabajo e imaginación lo que la tecnología aún no le permitía hasta que dio en la diana. Es ahora cuando basándose en sus teorías y juntando las matemáticas con las nuevas tecnologías se están desarrollando aplicaciones que en un futuro salvarán miles de vidas como la implantación de corazones artificiales.

Vivió e investigó sin el más mínimo apoyo o reconocimiento, pero un día llegó, Paco por fin pudo dar la conferencia de su vida (así lo sentía y así se lo dijo a su esposa Teresa), desplegó en directo un corazón ante los cardiólogos más prestigiosos de España, al final de la ponencia el auditorio se puso en pie para aplaudir su descubrimiento, satisfecho por fin subió a la habitación del hotel para comunicarle a su esposa, su socia, su única ayuda durante años, que por fin había tenido la atención y el respeto que merecía pero… no se encontraba bien, se quitó la corbata, se desabrochó la camisa… y su corazón se paró.

Paco falleció mientras a su puerta llamaban sus colegas, expertos en muerte súbita por cardiopatías, para felicitarlo, para reconocer su labor, para agradecerle el trabajo realizado…

Paco firmaba todos sus artículos, libros y conferencias como Paco Torrent Guasp, Dénia, Spain. Llevó el nombre de Dénia y el de España a lo más alto sin recibir absolutamente nada a cambio. Por fin este pasado domingo la 2 de televisión española se hizo eco de sus hallazgos emitiendo un documental llamado “El hombre que desplegó mil corazones” (documental que se puede encontrar en Internet y recomiendo encarecidamente.)

Este es mi pequeño homenaje a Paco, un genio sencillo y nuestro. Dedicado a su memoria.

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